El kiwi es una de las frutas más completas, conocidas y consumidas. Crece en unas plantas trepadoras adaptadas a climas templados y se presenta en forma de racimo.
Hoy en día podemos encontrar kiwi en el mercado durante todo el año. La producción española se comercializa a partir de octubre y se mantiene prácticamente hasta mayo, y el que prodece de Nueva Zelanda puede consumirse desde finales de mayo hasta principios de noviembre.
Los mejores kiwis son aquellos que no presentan manchas ni magulladuras, por tanto, conviene elegir los que estén más tersos. Una vez los tenemos en casa, es preferible conservarlos en un lugar fresco. Al aire libre aguantarán hasta 7 días, en el frigorífico hasta 15 días, si son verdes, y algo menos si son amarillos, congelados hasta 6 meses.
El kiwi es una fruta rica en vitamina C y antioxidante, facilita la digestión, rico en fibra, pocas calorías, fuente natural de ácido fólico y bajo indice glucémico.
La forma más común de comerse un kiwii es cortándolos por la mitad para comerlo con cuchara, aunque también se puede pelar y cortar a rodajas o a trocitos y mezclarlo con yogur.