Pero ¡ojo! No hay que olvidar los múltiples efectos nocivos que tiene el alcohol sobre el organismo y hay que procurar consumirlo las menos veces posible y de forma moderada.
La ingesta de alcohol produce efectos negativos sobre el aspecto físico, en el sistema nervioso y en el digestivo. El alcohol deprime centros cerebrales, por ello, al reducirse tensiones e inhibiciones, las personas experimentan sensaciones acentuadas de sociabilidad o euforia. Dificulta los reflejos y perturba el juicio, por lo que la sensación de seguridad que tenemos se distorsiona y ello lleva en ocasiones a algunos tipos de comportamiento que no realizaríamos en condiciones normales. En cuanto a las consecuencias digestivas, el mayor órgano afectado del cuerpo es el hígado y seguidamente el páncreas. En cuanto al hígado, no es necesario llegar al nivel de contraer una cirrosis (destrucción del tejido normal de hígado) para que esté gravemente afectado. Las personas que ingieren alcohol también pueden padecer el hígado graso o el la hepatitis alcohólica, es decir, la acumulación excesiva de grasa en el hígado o la inflamación del mismo con su posterior destrucción de células. Además, es necesario saber que el alcohol altera los procesos de quema de grasas y asimilación de alimentos.
Los médicos de Tecma, que poseen información científica sobre los efectos del alcohol y las consecuencias en el organismo, pueden tratar problemas de alcoholismo y en sus consultas, además, pueden llevar a cabo una consulta informativa enfocada a que os adolescentes sepan a qué se enfrentan cuando toman una o varias copas.
Además, os la magnitud de sus efectos difiere según las características de cada persona y las enfermedades que haya podido padecer a lo largo de su vida.