El cuerpo humano está compuesto en un 80% por agua, de ahí que sea tan importante para el organismo el aporte adecuado de este elemento. Ahora que comenzamos a adentrarnos en la época de buen tiempo y elevación de las temperaturas, hay que tener en cuenta que durante la estación estival se produce una mayor pérdida de agua por evaporación debido al grado de calor. Por ello es necesario ser conscientes de que es esencial reponer lo perdido.


Las personas expuestas a la radiación solar en la franja del mediodía pierden un 5% de líquidos sin realizar ningún tipo de esfuerzo físico. Si además se realiza alguna actividad más o menos fuerte, el porcentaje aumenta desde la pequeña deshidratación hasta incluso mayores consecuencias clínicas.


Los niños y los ancianos son las personas más sensibles a la pérdida de líquidos. En el caso del primer grupo se debe a que su sistema termorregulador no está formado y en el caso de los ancianos a que ya no es tan efectivo.


Cuando el sistema termorregulador falla existen unos síntomas de alarma que pueden alertarnos de una posible deshidratación, como por ejemplo mareo, boca seca, dolor de cabeza, o sensación de vómito. Pero lo recomendable y saludable es no llegar hasta este extremo, sino beber agua de forma regular y como un hábito a lo largo del día.


Para estar correctamente hidratados los adultos deben beber de 1,5 de agua a 2 al día, incluso 3 si hay exposición solar. Lo recomendable para los niños es de 1,5 a 2. Además de beber agua, existen otras formas de estar hidratados, como la ingesta de frutass y verduras varias veces cada día. Lo que no se debe hacer es abusar de refrescos y bebidas azucaradas, que no permiten una buena absorción.