La queratina es una proteína cuya presencia es esencial para que el cabello consiga mantener una buena salud capilar. Resulta vital dotarla de nutrientes que contribuyan a mejorar la calidad y el volumen del cabello. Es recomendable aportar proteínas y ácidos grasos como el Omega 3 a nuestra alimentación. Este tipo de grasa saludable nutre el folículo otorgándole elasticidad al pelo. Algunos alimentos que lo contienen son las semillas de calabaza, los pescados azules, el aguacate o las nueces.
El zinc es un elemento químico que además de fortalecer la salud intestinal y el sistema inmunológico, ayuda a sintetizar la queratina y actúa como antioxidante cuya misión es frenar el envejecimiento del bulbo capilar. Esta misma función cumple a rajatabla el magnesio. El arroz integral, las espinacas y las lentejas lo contienen en gran cantidad y los nutricionistas incitan a incluir estos alimentos en la dieta habitual.
El selenio es otro nutriente cuyas propiedades antioxidantes previenen el daño capilar, y algunos alimentos que lo contienen son el atún, las nueces de Brasil y las gambas.
Las vitaminas del grupo B como la B5 o el ácido fólico son responsables de reforzar la estructura capilar y lo dotan de un brillo extra. Se obtienen del yogur griego, del huevo o de los cereales.
Todos son nutrientes indispensables, pero a la vez complicados de incluir en su cantidad adecuada en nuestra dieta diaria. Los especialistas recomiendan combinar estas pautas alimenticias con suplementos nutricionales, quienes con una formulación específica a base de botánica, ayudan a preservar la salud capilar de forma natural.