Obesidad infantil, la pandemia del siglo XXI
¿Sabías que la obesidad infantil es una de las pandemias del siglo XXI? La OMS calcula que un 33% de niños la sufren, un dato alarmante.
El cambio en la alimentación y modo de juego de los niños está ayudando a que crezcan con sobrepeso y todos los riesgos de salud que ello conlleva. Diabetes, problemas en las articulaciones, exceso de grasa, problemas gastrointestinales…


En casa debemos seguir una serie de hábitos para que los niños aprendan a comer bien y que no sea un trauma, sino un proceso de aprendizaje positivo.
Por ejemplo, las comidas deben realizarse en familia, sin aparatos que distraigan como la televisión, ordenadores o teléfonos móviles. Las comidas deben ser un espacio para dialogar y relajarse, para que fluya una comunicación familiar.


Además, los almuerzos de media mañana y las meriendas deben ser saludables y no como castigo. Los niños deben aprender a comer bien acudiendo a alimentos sanos y no procesados como el pan, las frutas, la leche… No debemos darles bollerías ni zumos o batidos que contengan una gran cantidad de azúcares añadidos.


También es necesario recordar que no hay que abusar de los fritos, la mejor forma de cocinar es a la plancha o al horno. En esta línea, la mejor bebida para los niños es el agua. Debemos insistir en que tomen de 6 a 8 vasos diarios de agua (dependiendo de la edad) y que no acudan a refrescos o batidos industriales.


Por otro lado, no debemos asociar los premios o castigos con la comida. La comida es un aspecto inamovible e independiente del resto de conductas, por lo que no es beneficioso premiar con postres azucarados o castigar a los niños comiendo solos en su habitación. Deben aprender que la comida es un hábito básico diario como la higiene personal.


No hay que olvidar que es necesario realizar cinco comidas al día e incluir en ellas cinco raciones de fruta y verdura al día, para que los niños crezcan con un organismo sano y fuerte.
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