Al permanecer un tiempo prolongado en un ambiente de humedad y en contacto con los agentes químicos del pañal, la piel del bebé, que es tan delicada, resulta dañada.
¿Qué deben hacer los papás?
Ante ello, los papás deben cambiar de manera frecuente los pañales e intentar que el bebé no se exponga mucho tiempo al contacto con su orina y deposiciones. Además, en verano hay que extremar esta precaución debido al sudor y a la elevada humedad.
También es necesario secar bien al niño después de lavarlo, especialmente en las zonas que tienden a mantenerse húmedas como son los genitales y las ingles antes de poner el nuevo pañal.
Otra de las recomendaciones es aplicar alguna crema protectora que indique el pediatra que trate al bebé. Si a pesar de todas estas indicaciones la piel no sana completamente o sigue erosionándose, lo mejor es acudir a este profesional.